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"Hoy en el mundo, existe una enorme diferencia entre la vida decente a la que cada uno se supone tiene derecho y las dificultades a  las que hacemos frente para responder a nuestras necesidades más elementales” ha señalado el equipo de la JOC de Asia Pacífico (ASPAC) en una declaración publicada recientemente.

El equipo ASPAC menciona inquietantes estadísticas provenientes de instituciones internacionales.  Por ejemplo, según el Banco Mundial, cerca del 50% de la población mundial vive con menos de 2,5 dólares por día, sabiendo que solo en Asia, inclusive en los países menos industrializados, se necesitan  al menos de 15 a 20 USD por día para cubrir las necesidades elementales.  A través del mundo 22.000 niños mueren cada día a causa de la pobreza. La OIT ha señalado que alrededor de 5,1 millar de personas (75% de la población mundial) no están  cubiertas por una seguridad social suficiente, sabiendo que la ONU-Habitat ha revelado que 2,6 millares de personas no tienen acceso a un sistema sanitario conveniente y 884 millones no tienen acceso a los recursos suficientes de agua potable.

La realidad de los jóvenes trabajadores en Asia

La declaración retoma algunos testimonios de jóvenes trabajadores de países asiáticos:

“Trabajo  en el sector de la construcción, soy trabajador jornalero.  Tengo 20 años pero  soy yo que debo ocuparme de mi familia.  Tengo 3 hermanos y 2 hermanas más jóvenes por los que  yo debo pagar la escuela, yo debo  cubrir los gastos alimentarios de la familia.  Gano 250 pesos por día (5 USD).  Con este salario, no podemos tener una buena comida tres veces por día. Hay días donde nosotros comemos arroz con jarabe mágico (levadura química) y le agregamos leche.” - Jomarie Navarro, Filipinas

“Trabajo como costurera en una fabrica textil de la zona franca de Biyagama, una ciudad de Sri Lanka.   Tengo 23 años y gano alrededor de 18000 rupias por mes (145-150USD), horas suplementarias comprendidas.  Trabajo de 26 a 28 días por mes.   Mis horarios son largos y no puedo tomar vacaciones porque el salario es muy bajo en relación a los gastos cotidianos,  Cómo podría ahorrar un poco de dinero para el futuro?” - Dinusha, Sri Lanka

“Soy una joven trabajadora de una fábrica de  marañones,  tengo 23 años.   Mi salario no es  fijo, el depende  de los kilos de marañones que yo produzco cada día. Gano  de 70 a 100 rupias por día (1,20- 1,80 USD). Cada día, debo trabajar de las 8 de la mañana a las 6 de la tarde,  de otra forma, mis ingresos serian todavía menos elevados.  No tengo el derecho de hablar de mi trabajo o de mi salario con mis colegas,  no tenemos vacaciones y a menudo no podemos inclusive reposarnos”  - Kalai Selvi, India

 “Tengo 21 años y por el momento, estudio en la universidad.  Mi sueño es  terminar mis estudios universitarios y encontrar un buen trabajo en el futuro. Creo que la educación nos prepara para el futuro pero mi familia no  puede pagar mis estudios porque mis padres tienen muy bajos ingresos” - Johan,  Filipinas

Análisis del equipo de ASPAC

Si bien la globalización crea oportunidades para algunos, las informaciones mencionadas más arriba, muestran que muchos viven en la miseria.  Los jóvenes trabajadores siguen siendo vulnerables.  Con la crisis mundial actual, muchos de los jóvenes trabajadores están sin empleo, son despedidos de la empresa, o trabajan por un salario muy bajo. Los ingresos no terminan de disminuir.  Para los trabajadores, el salario se ha convertido en un medio de sobrevivencia, no en un medio para vivir  decentemente.

El equipo de ASPAC reclama un ingreso decente para los jóvenes trabajadores y para todos los trabajadores en general.  Se trata de un principio fundamental de justicia social y ciertas disposiciones de la Declaración universal de los derechos del hombre,  precisan que ninguna persona debería vivir por debajo de un cierto nivel de ingreso y que cada uno debería al menos tener acceso a los servicios sociales de base.

El ingreso decente es una reivindicación estrechamente ligada a la campaña de la JOCI por un trabajo justo y una protección social,  a la Agenda de la OIT por un trabajo decente, y  los objetivos del milenio para el desarrollo que buscan combatir la pobreza y las desigualdades.

El equipo ASPAC  define los componentes de un ingreso decente como sigue: el derecho a una alimentación adecuada, el derecho a vestidos suficientes, el derecho a una habitación suficiente, el derecho a una educación de calidad, y el derecho a la seguridad social y a los servicios sociales.

Sin todos estos componentes, la pobreza continuará a existir siempre.  Los bajos ingresos engendran problemas de salud, malnutrición, un bajo nivel de educación, malas condiciones de  vivienda y una discriminación social.

Esos componentes del ingreso decente, son en efecto de derechos universales consagrados en la constitución de ciertos países.

¡Los jóvenes trabajadores exigen un cambio!

Más precisamente, el equipo de ASPAC reclama salarios más elevados, un nivel de vida decente y una disminución de los precios de los productos de base ; una protección jurídica para los jóvenes trabajadores de la economía informal ; la creación de nuevos empleos para los desempleados ; la seguridad del empleo a través de políticas gubernamentales asegurando el pleno empleo como derecho fundamental para todos ; una protección contra los licenciamientos abusivos, la salud y la seguridad en el trabajo limitando las horas de trabajo, creando un ambiente seguro, instaurando reglamentaciones sobre el trabajo de noche, etc. ; la aplicación de un salario mínimo legal ; programas de formación para los trabajadores en los centros de formación profesional ; un tratamiento igual para los hombres y las mujeres a nivel del salario, del acceso a la protección social, de la promoción del empleo, de la formación y del acceso a los recursos, la aplicación de políticas y leyes que promuevan la igualdad entre los sexos, el derecho a organizarse en sindicatos y en organizaciones para representar los trabajadores.

El equipo ASPAC  llama a todas las partes concernidas, las organizaciones internacionales, los sindicatos, los gobiernos y también la Iglesia, a trabajar mano a mano, para promover la solidaridad internacional y decir ¡SI a un ingreso decente para todos!

Bajos salarios, ¡No! un ingreso decente, ¡SI!