Dirigentes y miembros de la Juventud Obrera Cristiana Internacional:
En nombre de la OIT, les felicito por su centenario.
Ahora son oficialmente centenarios, con presencia en más de 50 países, y siguen luchando por mejores condiciones de trabajo y por una representación adecuada de los jóvenes en todo el mundo.
También son una de las pocas organizaciones juveniles con estatus consultivo en la OIT, y han sido un socio invaluable en nuestro camino hacia la protección de los derechos laborales.
Cuando se creó su movimiento en 1925, sus objetivos eran capacitar a los jóvenes trabajadores y promover la justicia social. Esos objetivos siguen siendo tan relevantes hoy como entonces.
Los jóvenes, especialmente las mujeres, continúan enfrentando múltiples desafíos en los mercados laborales:
- El desempleo juvenil mundial es tres veces superior al de los adultos.
- Uno de cada cinco jóvenes no trabaja ni estudia.
- Muchos trabajadores jóvenes están atrapados en empleos precarios, informales y mal remunerados.
Pero no tiene por qué ser así.
Los responsables políticos aún pueden tomar medidas para dar prioridad al empleo juvenil.
Pueden y deben invertir en la educación, las competencias y el aprendizaje permanente de los jóvenes.
Además, las transiciones digital y ecológica en curso en el mundo laboral ofrecen nuevas oportunidades.
Es nuestro deber garantizar que los empleos creados en estos sectores sean dignos y accesibles para los jóvenes.
El compromiso inquebrantable de su movimiento con los derechos de los jóvenes trabajadores es esencial para lograrlo.
Su visión de una sociedad basada en la dignidad, la solidaridad y la justicia social coincide plenamente con la misión de la OIT.
Juntos, podemos ser una fuerza impulsora del cambio para el próximo siglo y más allá.
¡Feliz aniversario y enhorabuena por cien años marcando la diferencia!